domingo, 23 de diciembre de 2012

Dulce navidad... de verdad

Hola de nuevo. Aquí me pilláis otra vez con las manos en la masa. Esta vez con el sabor dulce de la Navidad, que tanto inspira. Parece que cuando los días se hacen tan cortitos y caen el frío y la niebla es cuando más apetece ponerse a faenar en la cocina. Y si es con ayuda de los niños, mejor.


Lo primero que nos pusimos a hacer fue un bizcocho un poco especial. Queríamos darle un aspecto nevado, con ayuda del azúcar glas, pero donde hay nieve siempre hay alguien que la está disfrutando, ¿no? Así que nos pusimos a buscar una decoración llamativa e igual de rica.



Aquí podéis ver cómo los muñequitos de chocolate están acompañados de un reno muy especial y muy sencillo de hacer: coged un donette o similar, plantadle por nariz un M&M’s de cacahuete bañado en color rojo y los cuernos clavádselos con pedazos rotos de esas galletitas de aperitivo con forma de palmera con sal gruesa. Os aseguro que los críos se quedan con una cara que es un poema.

Aprovechando el muñeco y algunas miniaturas que había por casa, convertir el bizcocho en una pista de esquí fue tan sencillo como divertido.

Pero vamos, no por mucho decorar se me quedo atrás la calidad del dulce en sí mismo. Veréis por esta imagen que por dentro estaba la mar de esponjoso… y por fuera era difícil no echarle mano. Jeje.

Este año, como otros, hemos querido celebrar un poco el final del año con los compañeros del colegio de los críos. Y como ya casi se ha convertido en una tradición, he ido probando algunas recetas navideñas para que las degusten de parte de los niños. Pero ya me vais conociendo: que no puedo dejar de pensar en algo creativo con lo que acompañar a los dulces.

Lo primero en lo que pensé, para los más pequeños, fue en un sorprendente pastel de galleta y chocolate al horno con forma de hombrecito de jengibre. Les llama tanto la atención… La verdad es que quedó muy rico y una vez decorado como si tuviera puntadas de hilo y con mis amados cuadritos de vichy, resultó ser espectacular. Tanto que los pequeñitos al final probaron más bien poco… y se dio buena cuenta del pastel en la sala de profesores. ¡Menuda ilusión que me hicieron los inesperados halagos!


Tenéis que comprobar cómo queda este muñeco tan dulce y apetitoso en una mesa presentada para Navidad. Basta cuidar un poquito los detalles, y acompañarlos de algún artículo de mi tienda (como el cuaderno de recetas de Navidad, en este caso) para que luzca muchísimo.


Pero a los niños mayores me gusta llevarles algo que puedan disfrutar de manera individual. Este año busqué algo diferente relacionado con la Navidad y se me ocurrió idear un bonito reno de tela, que además después de comerse el pastel los niños podrían utilizar para decorar el árbol, para hacer un llavero, un broche, para poner en la puerta de su armario... Seguro que alguna mamá imaginativa le da buen uso. Dar con la idea no resulto fácil, pero nada acompañado con tener después que confeccionar nada menos que 60 renos y otros tantos pequeños hombrecitos del mismo tipo de pastel de galleta y chocolate. ¡No sé si salía más humo del horno o de la máquina de coser! Al final llegué a tiempo y el último día de clase mis hijos se lo llevaron a sus compañeros. Creo que se relamieron lo suyo y que se quedaron tan prendados con el reno como yo.



La verdad es que hacer este tipo de esfuerzos para los más pequeños es siempre muy agradecido. En una época tan bonita para ellos. Cada una de sus caras sí que es un regalo. Ese es el mismo espíritu que La Niña de la Comba os desea a vosotros esta Navidad, la primera en la que tengo abierta la tienda online. Ah, y no olvidéis que el descuento del 15% en todos mis artículos de la web dura hasta el 6 de enero. Lo digo por que los Reyes Magos igual todavía están a tiempo...


¡Feliz Navidad!